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Abnegación o Egoísmo?

Todos podemos ser algo egoístas y todos intentamos hacer actos abnegados. Aunque por naturaleza cada persona tiene un poco mas de uno de estos dos rasgos. Hay quienes invariablemente piensan en si mismo antes que todo, y por lo contrario, hay quienes piensan primeramente en el bienestar ajeno. La abnegación consiste en hacer sacrificios o renuncias voluntarias por alguien mas. Por ejemplo, una madre abnegada alimenta a sus hijos antes que a si misma, sin arrepentimientos ni esperar nada a cambio. Lo opuesto de la abnegación es el egoísmo. El egoísta atiende primero sus propias necesidades e intereses sin importar el efecto o el afecto a los demás. Las normas sociales nos indican que la abnegación es un atributo y el egoísmo un defecto. Por lo cual, la mayoría intentamos lucir o ser un poco mas abnegados para lograr la aceptación social. Sin embargo, considero que es tan dañino el exceso de una característica como el exceso de la otra. Al intentar ser abnegados a veces olvidamos la importancia de nuestro propio bienestar. Es importante entender que NO podemos dar lo que no tenemos. Tal como las reglas de seguridad dentro de un avión, los auxiliares del vuelo siempre indican que en caso de una emergencia el pasajero debe administrar su propia mascara de oxigeno antes de intentar ayudar a otro pasajero. La regla fue creada con esta misma noción de que para ser de utilidad al prójimo, nuestro propio bienestar es primordial. De igual forma, no podemos hacer felices a los demás si no tenemos felicidad dentro de nosotros mismos; no podemos cuidar de los demás si no cuidamos nuestra propia salud; no podemos inspirar a los demás si no tenemos motivación en nuestra propia vida.

En ocasiones estas dos características, la abnegación y el egoísmo, pueden cruzarse caminos e incluso disfrazarse una con la otra. Hay quienes pecan de abnegados… pues dan tanto de si mismos que se consumen emocionalmente, físicamente, o hasta económicamente. Y al quedarse así, naturalmente terminan con resentimientos e inconformidad. Que pasa? En estos casos, la abnegación se convierte en egoísmo disfrazado. Sacrificar con la intención de que el beneficiado también sacrifique por nosotros es un acto egoísta.

Mejor seamos considerados, sin ser egoístas, sin ser abnegados. Considerar nuestras necesidades primero para poder ser de utilidad a los demás.

*Para dar mas de mi a los demás, tengo que darme mas a mi mismo.

-K. Martínez

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